La temporada de elecciones está sobre nosotros y no se podrá evitar la avalancha de anuncios, correos y encuestas de texto. Considéralo todo como una bendición, porque esto es evidencia del invaluable derecho a la libertad de expresión que hay en la vida de un país.  La semana pasada se celebró “La Semana de la Libertad de Expresión” (Aprende más en inglés) y eso nos sirvió como un recordatorio de que siempre debemos luchar por proteger este derecho que muchos dan por sentado, y que otros desearían tener.

Personas Unidas por la Privacidad (People United for Privacy en inglés) marcó esa semana, recordándonos que, sin privacidad legítima, no existe la libertad de expresión. Los estadounidenses deben ser libres de hablar políticamente sin temor a la intimidación o la coerción. Las leyes de declaración obligatoria de donantes ahogan el discurso político usando el pretexto de la transparencia. Pero como nos recuerda People United for Privacy, “La transparencia es para el gobierno. La privacidad es para las personas”.

La cultura de censura que se vive hoy visualiza todo esto de una manera totalmente diferente; Libertad de expresión es para mí, pero no para ti. Las empresas de redes sociales manipulan algoritmos para suprimir una opinión política, mientras que amplifican otra. Los principales medios de comunicación hacen lo mismo. Y ahora, las leyes de declaración de donantes censuran el discurso político usando el pretexto de que revelan “dinero sucio”. Pero estas leyes también ahogan la libertad de expresión a través de activistas decididos a destruir a aquellos que tienen puntos de vista diferentes.

Como señala People United for Privacy, las leyes pretenden “combatir el dinero oscuro en la política… Pero [los activistas] buscan silenciar la voz de la oposición exponiendo a los donantes al acoso y las represalias por sus creencias”.

Las afirmaciones acerca del “dinero oscuro” persuadieron a los votantes de Arizona el año pasado para que aprobaran la Proposición 211, que hace obligatorio a revelar las donaciones privadas hechas a organizaciones que abogan en el ámbito político por candidatos o medidas electorales. Debido a esto, el gobierno ahora puede hacer públicos los nombres de los donantes privados, cosa que revoca el convenio constitucional de transparencia gubernamental y privacidad ciudadana. Center for Arizona Policy (CAP por sus siglas en inglés) es parte de una de las tres demandas que desafían la constitucionalidad de la nueva ley de Arizona.

Los Tribunales han defendido otras formas de expresión que se extienden más allá de la palabra hablada para incluir cosas como la quema de banderas. Te invitamos a que leas una lista (en inglés) de los casos donde la Corte Suprema protege y aclara la libertad de expresión. Entre ellos se encuentran:

  • Americans for Prosperity v. Bonta, caso donde la Corte dictaminó que la Primera Enmienda protege el apoyo anónimo de organizaciones políticas.
  • El Tribunal en el caso de 303 Creative LLC v. Elenis, protegió a una diseñadora de sitios web de ser obligada a promulgar mensajes con los que no está de acuerdo.
  • En Janus v. AFSCME, la Corte dictaminó que los estados violan la Primera Enmienda cuando toman cuotas sindicales (gran parte de ellas utilizadas para el activismo político) de empleados sindicales públicos que no dan su consentimiento.
  • Y en 1919, la Corte dictaminó en el caso Schenck v. U.S. que hay un límite a la libertad de expresión, aunque es raro: cuando las palabras se usan para crear un peligro claro y presente.

Debemos estar alerta, trabajando para proteger nuestra libertad de expresión y nunca darla como garantizada, porque esta Primera Enmienda trascendental, siempre está amenazada por aquellos que quieren dejarnos a muchos de nosotros sin voz ni voto.

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