Si prendes la televisión, navegas en las redes sociales, buscas en Internet, vas de compras o haces casi cualquier cosa fuera de tu casa durante el mes de junio, puedes ser testigo del orgullo que existe por toda la inmoralidad. Estamos siendo constantemente bombardeados por los colores del arcoíris, drag queens y mensajes LGBTQ que están siendo diseñados para alcanzar tanto a los consumidores como a los niños. Es tal el orgullo que sienten los activistas y las corporaciones, que están prestos para intimidar a toda persona que no se alinea con su punto de vista.

Y esta reacción por parte de los activistas es de esperarse, pero ahora no solo son ellos sino también son los medios de comunicación, no solo celebrando el “mes del orgullo”, sino calificando erróneamente a cualquiera que se atreva a estar en desacuerdo.

Por ejemplo, a los padres que protegen a sus hijos, rechazando la sexualización no se les consideran como defensores “a favor de la familia” sino que los califican como “anti-LGBTQ”, y que provocan “confusión y caos” (en inglés) en Arizona.  Los titulares (en inglés) amenazan a las empresas para que no escuchen a los padres y al público en desacuerdo porque los “expertos” temen que esto conducirá a actos de violencia por parte de tales “extremistas”. Y denuncian como “terrorismo económico” (en inglés) el hecho de que los consumidores estadounidenses han optado por no gastar su dinero en negocios que les ofrecen ropa y mercancía sexualizada a los niños y que además celebran mensajes que ofenden sus creencias o fe.

La Prensa Asociada Nacional usa la voz del grupo de presión LGBTQ más grande de la nación para formular el siguiente titular (en inglés): “Los estadounidenses LGTBQ + están bajo ataque, declara la Campaña de Derechos Humanos en un aviso sobre el estado de emergencia”.

Algunas empresas y ciudades ya han dado su brazo a torcer. La “Fiesta del Orgullo” en Tempe que supuestamente era para “todas” las edades, no le dieron la más mínima importancia al cuidado por los niños y a usar el sentido común pues trajeron a escenario a un rapero LGBTQ que se enorgullecía haciendo movimientos obscenos en el escenario frente a niños y cantando canciones tan inapropiadas que te lo tengo que advertir antes de que abras este artículo (en inglés). La ciudad de Tempe celebra espectáculos obscenos de “orgullo”, pero eso si no tolera que se queme la bandera del “orgullo”. La policía de Tempe está investigando (en inglés) este crimen.

Y ahora los papeles se invierten. Las víctimas en todos estos hechos son siempre aquellos que se identifican como LGBTQ, y no los niños, que son expuestos a mensajes confusos y sexuales o los padres que se esfuerzan por criar a sus hijos con valores que celebran el orden natural de Dios; a estos nunca se les menciona.

Pero, los “normies”, como los denomina un artículo, están alzando su voz. El negarse a gastar su dinero en tiendas que apoyan estilos de vida destructivos, parece estar teniendo un gran efecto (en inglés), al menos en algunos esfuerzos concentrados. Pero la lucha por el bienestar de los niños y la sociedad puede pelearse en varios frentes. Es hora de que dirijamos nuestra atención hacia lo que es verdaderamente digno de orgullo.

¿Qué pasaría si, en lugar de orgullo sexual inmoral, junio fuera un mes de fidelidad?; fidelidad a Dios, a los cónyuges, a las familias y a las comunidades. El profesor de la Universidad de Princeton Robert George, quien trabajó estrechamente con Chuck Colson y otros en la convicción cristiana y el compromiso con la vida, el matrimonio y las familias, tiene la misión de difundir la idea de lo que él llama el Mes de la Fidelidad (en inglés).

Literalmente lo opuesto a un mes de orgullo, el Mes de la Fidelidad nos recuerda que debemos dejar a un lado nuestros propios deseos por el bien de nuestras familias, por nuestra lealtad a Dios y por la verdad. Aclamados líderes y expertos reconocen el valor de pasar un mes honrando las virtudes de la fidelidad.

Andrew T. Walker nos recuerda que estamos destinados a estar en comunión con Dios y que podemos ver nuestra plenitud realizada cuando nos conformamos a Su plan divino. Otros cuentan las bendiciones y beneficios familiares y sociales del matrimonio, incluyendo:

  • Un hogar más estable y seguro
  • Crianza de mayor calidad basada en la atención específica de género
  • Un ancla para la identidad de un niño al responder al profundo deseo de ser amado
  • Mejores calificaciones y más tarde en la vida, mejores sueldos
  • Evitar la pobreza, y estar mejor financieramente
  • Mejor salud física y mental

Escucha (en inglés) la conversación completa en línea sobre cómo sanar la división y resaltar lo que es noble.

Como cristianos, conservadores y ciudadanos comprometidos e involucrados, celebrar la fidelidad a Dios y a la familia es realmente algo de lo que podemos estar orgullosos.

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